Así que lo propusimos, en primer lugar, a los organizadores de la Semana Cultural, y después a nuestros alumnos y alumnas de Bachillerato. Todos se mostraron interesados con la idea y comenzamos, pues, a trabajar en la selección del tema musical, en el diseño de la narración, en los personajes, etc., con la urgencia del poco tiempo disponible.
Vaya por delante que desconfío de que el resultado final responda a las cualidades que todos, alumnos y profesores, somos capaces de imaginar. Vaticino que la calidad visual será escasa, pues no disponemos del material técnico y humano más idóneo. Nuestras videocámaras caseras (nada de una steadicam), las carencias de una iluminación adecuada para las distintas partes del recorrido, el amateurismo de actores, actrices y camarógrafos, la desorganización, ... arrojan serias dudas sobre la perfección del producto final.
Pero NO ME IMPORTA.
No me importa porque son dudas sobre su aspecto técnico, no sobre sus posibilidades educativas.
No me importa porque estamos consiguiendo que un grupo humano trabaje colaborativamente como en el mundo real en la construcción del un objeto real, no uno construido para la enseñanza formal.
No me importa porque estamos saliendo del aula y es fuera de ella donde estamos siendo CREATIVOS.
No me importa porque no trabajamos en grupos rígidos sino flexibles, de los que los alumnos pueden entrar y salir según sus preferencias de aprendizaje, y con distintos agrupamientos según las distintas funciones (a la manera del trabajo real de una productora cinematográfica).
No me importa porque trabajamos contenidos de Lengua Castellana, Lengua Extranjera, Educación Plástica y Visual, Educación Física, Música, ... en una sola actividad.
No me importa porque la actividad nos está permitiendo la presencia lo emocional en la enseñanza y el aprendizaje
No me importa porque ayer tarde, la previa a un importante EXAMEN (de filosofía esta vez, pero qué más da la materia), Laura, Carmen, Celia, Amparo, Laura, Isa, ... estuvieron durante dos horas en el instituto (y seguirán viniendo otras tardes) para ensayar y practicar el montaje, aportanto, leyendo, compartiendo, creando, apoyando, escribiendo, investigando, criticando, opinando, discutiendo, bailando, riendo, cantando: APRENDIENDO.
Si esto se puede conseguir con una hora semanal de un currículo de 30 horas, ¿qué no aprenderían con el resto?
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(Os dejo el video de la canción que hemos seleccionado. Dentro de unas semanas colgaré lo que hayamos hecho. Espero que entonces sepáis ver detrás de la imperfección la verdad del aprendizaje)
4 comentarios:
Me parece toda una declaración de intenciones. Tienes razón en que no importan ciertos detalles si la esencia de la experiencia es la colaboración, la participación, el diálogo...
En mi centro grabamos un lipdub sencillo, poco profesional, algo caótico, nada sincronizado... pero ese día comprobamos que podíamos hacer algo juntos. Nunca antes había ocurrido.
Gracias por comentar. Me fascina la idea de que algo tan sencillo pueda contaminar a todo el centro para llevar acabo una actividad de las que dejan recuerdo. Me confirma en la idea de que aprender es siempre apasionarse, de algún modo.
El proponernos su realización ha sido sin duda un acierto. Estoy muy contento de poder colaborar en un proyecto así, y me encantaría lograr la mayor participación del mayor número de personas posible. Un soplo de aire fresco, no vaya a decirse que nuestro centro no es emprendedor.
Te echamos de menos la otra tarde para diseñar el recorrido, pero esperamos contar contigo para tomar las demás decisiones. Desde luego que hay que implicar al mayor número de personas. Y lo conseguiremos.
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