POR AMOR
“Quiero dar una enciclopedia gratis y libre a cada persona del planeta”, se propuso hace unos cuantos años Jimmy Wales. Y de ese sueño nació la Wikipedia, una de las grandes maravillas de Internet no sólo por su tremenda utilidad, sino también por el ejemplo que presta. La Wikipedia tiene fallos, sí. Es cada día más completa y también mucho más rápida en su actualización que los viejos libros gordos; aunque su asambleario y cooperativo método de redacción a veces colapsa cuando toca definir temas calientes, de esos en los que cuatro personas en una mesa tienen cinco opiniones diferentes.
La Wikipedia es gratis. Casi gratis. Cada año, la Fundación Wikimedia lanza una campaña de donaciones entre los lectores; en la última han batido su propio récord con una recaudación de 7,5 millones de dólares. Nadie se hará rico con ellos: la mayor parte de ese dinero se va en pagar el tremendo ancho de banda que necesita esta web, la quinta más vista de Internet.
A pesar de sus defectos, tan humanos, la Wikipedia es perfecta. Casi perfecta. Demuestra una gran verdad: que, pese a lo que siempre ha dicho el capitalismo, no es cierto que la gente sólo se mueva por dinero. Es falso eso de que nadie hace nada gratis. Tan poderoso motor como el egoísmo lo puede ser la filantropía. La Wikipedia, de la A a la Z, está escrita por voluntarios, por decenas de miles de ellos; generosos internautas que ni siquiera tienen la recompensa de ver su firma en un texto que es, por definición, anónimo. Son amateurs, en el sentido literal de la palabra: gente que ama lo que hace y que, por amor al arte, le quita horas a su sueño para explicar qué es un aminoácido, dónde nace el Nilo, cómo se calcula la escala de los mapas. Más allá de las letras, la Wikipedia es hermosa, como todo lo que nace del amor.
También podría ser interesante la réplica de Albert Esplugas.
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