A veces las actividades más sencillas son las más productivas.
Esta mañana, en los cursos de 2º de ESO, hemos llevado a cabo la siguiente actividad. Se trataba de conversar sobre cualquier tema con el "pie forzado" de hacerlo con oraciones y frases en alguna de las funciones del lenguaje más frecuentes: representativa, expresiva y apelativa. Un alumno comenzaba a hablar de un tema utilizando la función expresiva, por ejemplo, y los demás, por orden, seguían hablando del mismo tema alternando las tres funciones. Cuando ya habían participado todos los alumnos, alguien comenzaba un nuevo tema, y así hasta que todos eran capaces de emitir mensajes apropiados en cada una de las funciones.
Después hicimos lo mismo con las modalidades oracionales: enunciativa, interrogativa, exclamativa, dubitativa, optativa, exhortativa y de posibilidad. Como eran más las modalidades que las funciones, la conversación se hizo algo menos fluida, aunque admitía una mayor cantidad de matices.
Creo que, en líneas generales, los alumnos aprendieron a distinguir las distintas funciones y modalidades y a emitir mensajes en cada una de ellas. Lo cierto es que, de camino, pasamos un buen rato y comprobamos cómo las funciones del lenguaje y las modalidades oracionales nos sirven para explicarnos para qué hablamos y con qué intención lo hacemos, y pudimos comprobarlo sobre la lengua que realmente utilizamos. Utilizar la lengua oral ayudó a que la actividad fuera más fluida.
Os dejo una muestra de conversación, de entre las muchas que hemos mantenido esta mañana:
- ¡Estoy embarazada! (exclamativa)
- Quizás estás equivocada (dubitativa).
- ¡Ojalá sea un niño! (optativa)
- ¡Disfruta del momento! (exhortativa)
- Es probable que tus padres no estén muy contentos (de posibilidad).
- Criar a un niño es una responsabilidad muy grande (enunciativa).
- ¿Quién es el padre? (interrogativa)
2 comentarios:
Me gusta la dinámica conversacional que explicas.
Gracias, Lu. Viniendo de ti, para mí tiene mucho valor.
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